En nuestro artículo anterior sobre “El primer round de la Guerra Fría” os hablamos de los conflictos previos que impulsaron el comienzo de la Guerra de Corea. Ahora es momento de conocer qué sucedió una vez comenzado el ataque.
La Guerra de Corea supuso, no sólo la fragmentación del estado, sino una creciente tensión entre las dos Coreas que ha llegado a nuestros días. Sólo duró tres años, pero el balance de bajas es desolador, con más de 3 millones de fallecidos entre todos los implicados.
Guerra de Corea (1950-1953)
La península de Corea era una de las posesiones más preciadas de Japón. Tras la II Guerra Mundial, en 1945 esta zona estaba casi invadida por la URSS y Estados Unidos. Para evitar polémicas, usaron como línea divisoria de los territorios el paralelo 38º.
Esta partición se hizo efectiva con la llegada de la Guerra Fría, pues era imposible la unificación pacífica de las dos zonas. Así, Corea se convirtió en dos estados casi sin esperarlo. La república popular de Corea del Norte, proclamada en 1948, que en realidad era una dictadura comunista comandada por Kim Il Sung. Por otro lado, en Corea del Sur se instauró una dictadura muy favorable a Norteamérica, con Syngman Rhee a la cabeza.
En paralelo a estos acontecimientos, la revolución comunista de China alcanzó la victoria en octubre de 1949. Este hecho cambió el equilibrio geoestratégico en Asia. Y es que Stalin, tras varias sonadas derrotas en Europa, buscaba una victoria en Asia y se alió con Corea del Norte en el ataque a sus vecinos del Sur.
Así comenzó, el 25 de junio de 1950, la Guerra de Corea. El ejército de Kim Il Sung saltó el paralelo 38º y arrasó con Corea del Sur. Su exigua defensa tan sólo les permitió mantener una limitada zona en Pusan.
El primer ataque de los norcoreanos se justificó con un presunto ataque previo de Corea del Sur en la frontera. La realidad es que la Operación Pokpoong, así se llamó a esta primera incursión, se había estado planeando durante meses.
Estados Unidos en la Guerra de Corea
Lo que nadie esperaba, sobre todo Stalin, era que USA respondiera a dicho ataque de inmediato. Con el apoyo de la ONU, se alió con Corea del Sur para responder al ataque norcoreano. Un apoyo que fue facilitado por la ausencia del delegado ruso. En protesta por la negativa USA a aceptar la China Popular, el representante ruso se ausentó del Consejo de la ONU. Le salió caro.
La URSS tenía derecho de veto, incluso de bloqueo, pero permaneció al margen. O eso decía, porque envió armamento y soldados de forma clandestina. China no llegó a participar en ese Consejo del a ONU. Por aquel entonces, Taiwán ocupada su silla y así siguió hasta 1971.
Así, de la mano del general McArthur, las tropas estadounidenses recobraron el terreno arrebatado. Obviamente, no se quedaron ahí y el 19 de octubre, cuatro meses después de comenzar la guerra, tomaron Pyongyang, la capital de Corea del Norte
Pero justo antes de ese triunfo, las tropas chinas habían llegado para apoyar a la URSS y Corea del Norte. Esta triple entente mitigó el avance norteamericano y en enero de 1951 ya había recuperado Seúl. La respuesta de McArthur fue clara: bombas atómicas en el norte de China. El presidente Harry Truman y su Consejo lo rechazaron, evitando así una guerra directa con la URSS.
De hecho, MacArthur fue destituido por Truman y Ridway tomó las riendas estadounidenses en la Guerra de Corea. Esta decisión llevó a la URSS a retirarse del conflicto y proponer la aceptación de los dos sistemas.
Empate y armisticio de Panmunjong
Lo parejo de las fuerzas en ese momento, facilitó una negociación que acabaría en julio de 1953, en el Armisticio de Panmunjong. Stalin, muerto en marzo de 1953, no llegó a ver la firma de dicho tratado. Un tratado que cambió, mínimamente, la línea de separación entre estados, con el paralelo 38º como clave.
El balance que había dejado la Guerra de Corea, en poco más de medio año, era de decenas de miles de muertos. A ellos se sumaban otros tantos heridos y más refugiados. El daño había sido devastador y la llegada de países potentes, amenazaba con multiplicar las consecuencias
De hecho, hasta firmar el Armisticio, hubo dos años de combates en la frontera, en los que el número de bajas se disparó de forma alarmante. Las fuerzas aéreas estadounidenses masacraron a Corea del Norte, por lo que el tratado no pudo considerarse como de paz. Tampoco se hicieron grandes concesiones. Es más, el armisticio no marca el fin de la guerra.
A pesar de ello, se consiguió un alto el fuego definitivo entre las dos Coreas. Además, pararon las operaciones militares y se creó una zona desmilitarizada. También se repatriaron todos los prisioneros de guerra. No obstante, en tres años de conflicto, el balance definitivo de bajas que dejó la Guerra de Corea fue absolutamente devastador:
- 3.000 soldados de la ONU
- 35.000 soldados de Estados Unidos
- 1,5 millones de surcoreanos
- 1,2 millones de norcoreanos
- Entre 100.000 y 500.000 soldados chinos
Lo peor estaba por venir. A lo largo de los años siguientes, no se avanzó ni un poco en el desarme de Corea del Norte y Corea del Sur. Esto convirtió la frontera entre las dos Coreas en una de las zonas más calientes del mundo.
Curiosamente, esta zona desmilitarizada se empezó a usar como campo de pruebas para las armas más potentes y modernas del mundo. Sí, también de armas nucleares, que dejaron la zona desmilitarizada aún más devastada.
El hecho de que Corea del Norte siga siendo un régimen comunista, ha propiciado que ésta sea la única guerra fría vigente en pleno siglo XXI. De hecho, en la zona desmilitarizada, ambas Coreas están armadas y preparadas para entrar en batalla en cualquier momento. Más de medio siglo después, la tensión entre Corea del Norte y Corea del Sur sigue latente.
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