La Navidad para la cultura occidental es quizás la fiesta más importante del año. Este es el mejor momento para disfrutar de la compañía de amigos y familiares. Pero además de los símbolos que bien conocemos, como los regalos, la Navidad también tiene un significado religioso: el día de Navidad se celebra el nacimiento de Jesucristo, el que luego sería identificado por la mayoría de los miembros de la religión judía como el Mesías profetizado de las Sagradas Escrituras. Por este motivo, será bueno conocer mejor qué es la Navidad y la verdadera historia de su origen.
El origen judío de la Navidad
Los cristianos comenzaron a celebrar el día de Navidad solo alrededor del siglo IV d.C. C., reconectando con tradiciones y festividades ya existentes y cargándolas con un mensaje completamente nuevo. Entre estos, sin duda debe mencionarse la festividad judía de Hanukkah, que conmemora la consagración del Segundo Templo de Jerusalén, ordenada por Judas Macabeo tras la terrible ocupación helénica del siglo II a.C. C. que quería inducir al pueblo judío a adoptar algunas prácticas contrarias a su religión.
El festival de Hannukkah dura 8 días a partir del día veinticinco del mes de Kislev que suele coincidir con el mes de diciembre: durante estos días de celebración los judíos suelen encender las ocho velas de la Hannukkah de forma progresiva, para hacer fiel a la leyenda que, para encender el candelero del Templo, los Macabeos sólo disponían de una redoma de aceite, pero las velas permanecieron encendidas durante 8 días.
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El origen pagano de la Navidad
Además de los religiosos, la Navidad también tiene orígenes paganos y seculares . Los más significativos son los relacionados con el solsticio de invierno , el día más corto del año que los celtas celebraban -erróneamente- el 25 de diciembre. Es una fiesta muy importante en todos aquellos cultos en los que la adoración al Sol, llamada heliolatría, ocupaba un puesto de absoluta preeminencia, y a la que el cristianismociertamente se ha vuelto a conectar, ya que el sol puede verse como un emblema de la figura de Cristo.
Los romanos, en cambio, en los días previos a la Navidad, solían celebrar las Saturnales, dedicadas al asentamiento en el templo de Saturno, dios de la agricultura: para desear un período de paz y prosperidad, era costumbre intercambiar regalos.
Por este motivo, aunque normalmente asociamos el origen de la Navidad a los mitos cristianos y al catolicismo, puesto que representa el nacimiento del niño Jesús, en realidad, esto es un error, al menos tal y como tenemos hoy en día aceptada la Navidad.
Precisamente, por esta dudad entre la Navidad pagana y la Navidad cristiana, hubo un caso en 1990, en el que la junta escolar de Solon (Ohio) decidió eliminar todas la representaciones de la Navidad en cualquier ámbito escolar, puesto que era una práctica en contra del Estado laico de la ciudad, es decir, no respetaba la separación entre Iglesia y Estado.
Igualmente, la junta perdió el caso porque las familias se opusieron a que sus hijos no pudiesen celebrar la Navidad en el colegio, defendiendo que la práctica de la Navidad era un acto secular y formaba parte de todas las culturas del mundo. A pesar de que la junta perdiera el caso, sí lograron eliminar las oraciones y la lectura de la biblia, asociadas a la celebración de la Navidad.
El origen de la Navidad, no es para nada cristiano. Como lees en el principio de este artículo, el origen de la Navidad es pagano. La primera vez que podemos oír hablar de las Navidades celebradas el 25 de diciembre (tal y como lo conocemos hoy) surgió casi dos siglos después del nacimiento de cristo por lo que, tanto antes como después del nacimiento del niño Jesús, existía una celebración a final de año, en torno a la figura de Saturno que los romanos implantaron.
Los romanos celebraban la Saturnalia romana que no era más que un festival que representaba el solsticio de invierno (entre el 20 y 23 de diciembre) donde se honraban al dios Saturno. Durante esta fiesta, los romanos se alborotaban y por ello, los pocos cristianos que existían en aquella época, se oponían a estas celebraciones tan descontroladas.
De esta manera se dice que la Navidad surgió para sustituir la celebración de Saturno, rey del Sol, en inglés «sun», por lo que se tomó como el nacimiento del hijo de Dios, que en inglés es «son». Más tarde, cuando la religión cristiana se impuso en todo el Imperio Romano, el rey Justiniano declaró la Navidad como unas fiestas cívicas, aunque poco duró esta compostura, pues en la Edad Media las fiestas navideñas se convirtieron en días para beber y estar de juerga de la mañana a la noche.
De hecho, si miramos costumbres antiguas, puede parecer muy raro celebrar el nacimiento de alguien ya que en los primeros siglos de Iglesia Cristiana, se solía celebrar la muerte de las personas que eran importantes y no sus nacimientos.
También tenemos que observar la siguiente cita para darnos cuenta de que, en realidad, esta festividad no es aceptada en la Biblia.
Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mat. 15:9). La Navidad no es un mandamiento de Dios — es una tradición de los hombres. Cristo continuó: “Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. (Marcos 7:9)
Más elementos de la Navidad, el muérdago:
Saturno en el significado de la Navidad
La Saturnalia se celebraba cuando el sol estaba más bajo en el cielo y, así, los días se hacían más largos. Eso simbolizaba el crecimiento. Durante esta época se honraba a Saturno, dios del Sol y del fuego. También era relacionado con la agricultura, pues ésta necesitaba el sol para poder sembrar y que las cosechas creciesen. El festival de invierno llamaba a este dios del Sol para que volviese y las cosechas siguiesen creciendo.
El planeta Saturno también toma el nombre de este Dios, pues sus anillos y el color rojo marcaban esta asociación.
En el resto de las civilizaciones y culturas, también existía este dios del fuego y del sol. En Egipto lo llamaban Vulcano, los griegos le llamaban Cronos, los babilonios Tamuz (o Nimrod cuando resucita en su hijo) y Moloc o Baal para los canaanita. Para ellos, todos estos dioses eran Nimrod, considerado el padre de los dioses babilonios.
Saturno también era considerado un devorador de niños pues, al ser el padre de los dioses, debía tener un carácter intachable. Llevando el nombre de Cronos, cuenta la mitología que devoraba a sus hijos según nacían, ya que supo por su madre Gea, que su destino sería a ser derrocado por uno de sus propios hijos.
Otros ritos que relacionan a Saturno con el sacrificio de niños nos viene de Moloch o Moloch Ball que como hemos comentado al principio, se le relaciona con el Saturno romano o el Cronos Griego. Moloch Baal fue un dios de Canaán considerado el dios del fuego purificante.
En su honor se sacrificaba a un bebé recién nacido, al primogénito. Este sacrificio se hacía al aire libre y sus cenizas eran cuidadosamente guardadas en vasijas para posteriormente, enterrarlas en el valle de tofet.
Nimrod y el significado de la Navidad
Nimrod, además de ser uno de los dioses originales de la historia, también fue una figura bíblica. En el Génesis se explica que Nimrod trató de reemplazar a Dios. Según él, si Dios intentase ahogar al mundo de nuevo, construiría una torre muy alta que nadie pudiese alcanzar.
Nimrod se constituye como el primer rebelde de la humanidad que era adorado por falsas religiones, bajo muchos nombres diferentes.
En el Antiguo Testamento podemos observar muchas condenas de Dios hacia Israel por seguir falsas religiones y acatar costumbres que no debían.
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El origen del nombre de la Navidad
Si respondemos a esta pregunta etimológicamente, la palabra Navidad comparte el mismo origen en todas las lenguas romances. Navidad procede del latín tardío nativitas y su significado es nacimiento. Un termino que se utiliza tanto para conmemorar el día del nacimiento de Jesucristo como para designar el período que abarca desde Nochebuena y Reyes.
Por otro lado «nativitas» deriva del verbo «nascor» cuyo origen es indoeuropeo y significa nacer. En francés la Navidad es Noël, vocablo que aparece en el siglo XII como Noelen.
Para las lenguas germánicas tienen un origen distinto ya que a éste periodo se le denomina Weihnachten, donde Weih deriva del vocablo Wiha cuyo significado es sagrado y Nachten que significa noche, uniendo los dos vocablos estaríamos traduciendo la Navidad como la Noche Sagrada.
Para las lenguas anglosajonas, Christmas sería el vocablo utilizado para designar la Navidad. Éste procede de la antigua expresión Cristes maesse o lo que es lo mismo, Misa de Cristo. Con el paso del tiempo la expresión se fue modificando hasta evolucionar a Christ’s Mass y finalmente Christmas.
Santa Claus y la Navidad
Aunque en la edad moderna nos referimos a Santa Claus por San Nicolás, en una edad anterior, Santa era el nombre del dios Nimrod en Asia menor. Si lo pensamos un poco, veremos que el centro de las Navidades, en todas sus etapas, siempre han sido protagonizadas por los niños. Durante los tiempos romanos, los regalos se daban a niños y pobre; y los druidas sacrificaban a los niños para el dios que adoraban en estas fechas. De esta misma manera, Nimrod o el Santa pasado, devoraba a los niños y, hoy en día les reparte regalos.
Igualmente, también debemos analizar la figura de San Nicolás, que proviene de un personaje llamado «el alegre Nick» o «el viejo Nick». Si nos centramos en su nombre, Nick proveine de Nikos que significa «constructor y destructor», mientras que «Laos» significa pueblo. Los nicolaítas (seguidores de San Nicolás) se definen entonces como «el pueblo que sigue al destructor», que no deja de ser, de nuevo, Nimrod.
El origen de los regalos de Navidad
El origen de esta costumbre de Navidad se remonta a los romanos cuando, en Saturnalia, también intercambiaban regalos unos con otros. Y como ya te suponías, no, esto tampoco es una tradición relacionada con el cristianismo. Obviamente, durante estas fechas, no hacemos ofrendas a Dios, si no que nos las hacemos a nosotros mismos en forma de regalos, olvidando completamente la figura de Cristo. De hecho, según indica la Biblia, el cumpleaños tampoco debería ser celebrado, porque están siendo, del mismo modo, egoístas con Dios que hizo nacer al ser humano.
Como indica la biblia, en el momento que los Reyes Magos le ofrecen obsequios al niño Jesús, es lo que en realidad debería ser la Navidad: unas fechas para hacer ofrendas a Cristo.
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?… Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. (Mateo 2:1-11)
De esta manera, nos damos cuenta que las costumbres y celebraciones que realizamos en Navidad, no tienen nada que ver con un origen cristiano y, por lo tanto, no es una celebridad cristiana, tal y como sucede con su origen real.
Según el evangelio de San Mateo, los Reyes Magos, cuyo número no es claro todavía, pues hay quien dice que fueron tres, y otros aseguran que fueron cuatro, e incluso la cifra se dispara hasta los 7 o los 12 reyes. Sean los que fueran en número, estos reyes llegaron hasta Belén guiados por una estrella. Esa figura que nunca falta en nuestro portal de Belén y a la que conocemos como Estrella de Oriente. Pese a que durante su viaje, los reyes consultaron al rey Herodes, fue la estrella quien los ayudó a llegar hasta el niño Dios. Una vez delante del Mesías, le ofrecieron su tributo.
La ofrenda de los Reyes Magos consistió en Oro, incienso y mirra. Pero, ¿por qué le regalaron esto? Todo tiene su explicación o, más bien, su simbología. Cierto que quizás al pequeño le hubiera venido mejor algo de ropa, juguetes o un buen abrigo para su cuna, pero cada ofrenda tiene un significado especial que hace referencia a la condición especial del pequeño.
El oro hacía alusión a su condición de Rey. Ya que este era un presente que solía ofrecerse a los monarcas. Mientras que el incienso es un elemento muy utilizado en los cultos, pues no hay más que ver en las misas, o en ciertos rituales litúrgicos e incluso de magia. El incienso reflejaba la naturaleza divina del niño Jesús.
Por otro lado, la mirra no es un bien tan agradable, ya que se utilizaba para embalsamar a los muertos, de modo que su entrega era como un preludio de su futura muerte y de todo el sufrimiento por el que Cristo pasaría tratándose de un mortal como era.
Supuestamente, las coronas de los Reyes Magos se guardan en la Catedral de Colonia, en Alemania, desde el siglo XII, cuando Federico I Barbarroja llevó los cuerpos hasta allí.
En la actualidad, aún se celebra la Epifanía o llegada de los Reyes Magos, teniendo lugar el 6 de enero, cuando los niños de España se levantan temprano para recoger los regalos que sus majestades les han dejado por portarse bien durante todo el año. Es típico desayunar un delicioso dulce conocido como Roscón de Reyes.
El origen de la Navidad: El nacimiento del niño Jesús
Según podemos leer en las escrituras, por las descripciones que nos dan de aquel día, no es posible que Cristo naciera el 25 de diciembre. La razón que se explica es que los judíos enviaban a sus ovejas a los desiertos cerca de la Pascua y estas volvían cuando llegaban las primeras lluvias, que comenzaban durante el otoño. Cuando Jesús nació, las ovejas pastaban al aire libre, por lo que todavía no había llegado octubre, por lo que es difícil encajar al nacimiento de Jesús en el 25 de diciembre y este ha tenido que ser a finales de septiembre o principios de octubre.
Las escrituras que explican el nacimiento de Jesús, se recogen en Lucas y así se cuenta:
En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche (Lucas 2:8)
Pero, entonces, ¿por qué asociamos el 25 de diciembre a la Navidad?
Durante la época de los romanos, la Saturnalia se celebraba y todos se intercambiaban regalos entre ellos. Para esta cultura, el 25 de diciembre se celebraba el nacimiento de Mitra, el dios iraní de la Justicia. También el 1 de enero, celebraban el año nuevo decorando sus casas con luces y dando regalos a pobres y a niños. Para entonces habían adquirido otras costumbres germánicas y celtas como el tronco navideño, los abetos y la comida. Estas costumbres eran también las propias del Festival de Navidad.
El 25 de diciembre no fue elegido para la Navidad porque fuese el nacimiento de Cristo, si no que era la mejor formar de sustituir la Saturnalia, una celebración pagana que, cuando el mundo eclesiástico se impuso, debía ser totalmente exterminada.
Más sobre la Hanukka:
¿Por qué se celebra el 25 de diciembre?
La explicación más consistente de los historiadores es que el origen de la Navidad estuvo relacionado con una serie de decisiones tomadas por los altos mandos de la iglesia cristiana en los siglos III y IV. Entre ellas, se considera como la más determinante, la moción del Papa Julio I en 350 para establecer la navidad el 25 de diciembre. Esto fue decretado 4 años después por el Papa Liberio.
El por qué de la elección de esta fecha, se relaciona con la necesidad de la recientemente oficializada religión cristiana de imponerse sobre los tradicionales cultos paganos romanos. En diciembre se celebraba -en el gran espacio ocupado por el Imperio Romano- el culto a Saturno, dios de la agricultura (principal sustento y actividad económica de estos pueblos). Las Saturnales se realizaban del 17 al 23 de diciembre, los días más cortos del año, y luego el 25 de diciembre se consideraba en nacimiento del nuevo sol.
La iglesia cristiana eligió entonces el 25 de diciembre como día del nacimiento de Jesús como estrategia en su proceso de expansión, en el que sistemáticamente buscó absorber y fusionar sus celebraciones con los ritos paganos de los diversos pueblos convertidos.
El ritual de la navidad fue evolucionando con los siglos, lo que festejamos hoy día es muy distinto de estas primeras navidades, y responde principalmente a costumbres originarias del siglo XIX y a la influencia de la sociedad de consumo.
De todos modos, la verdadera historia del origen de la navidad no debe distanciarnos de nuestras creencias personales y familiares. Puesto que la esencia de estas fiestas trasciende lo histórico, y reside en lo espiritual. No obstante, que cada uno saque sus propias conclusiones, la religión es cuestión de fe.
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