Los Reyes Católicos no se casaron por amor, si no por conveniencia política en un momento en el que ellos tampoco eran reyes ni sabían si podrían llegar a serlo, aunque eso no impidió que se desarrollase afecto y compenetración entre ambos casi desde el principio. Esta manera de concebir el matrimonio tan de la época seguiría presente a la hora de casar a sus hijos, pues cada unión tenía de fondo un aspecto político. Os contamos en qué consistía la política matrimonial de los Reyes Católicos y cuáles fueron las uniones realizadas.
Los hijos de los Reyes Católicos
Pongámonos en contexto. En 1469 se unen las coronas de Castilla y Aragón a través de la unión matrimonial de la que sería la reina Isabel I de Castilla y el rey Fernando de Aragón.
No sería hasta años más tarde, en 1474, cuando Isabel ocuparía el trono, a pesar de que no todos sus súbditos la reconocieron, puesto que apoyaban a Juana la Beltraneja, hija de Enrique VI -monarca de Castilla- y que estaba casada con Alfonso V, rey de Portugal. Este hecho derivó en la Guerra de Sucesión (1475 – 1479), lo que también supuso un enfrentamiento internacional ya que Portugal fue a la guerra apoyado por Francia, quien no quería la unión de Castilla y Aragón por sus disputas de poder por el dominio de Italia. Todo terminó con el Tratado de Alcaçovas que supuso el reconocimiento de Isabel y Fernando como reyes de Castilla, mientras que a Portugal se le reconocía la hegemonía en el Atlántico, excepto las Islas Canarias.
En el caso de Fernando, no ocuparía el trono de Aragón hasta el año 1512. Durante ese tiempo, se sucedieron hechos históricos de gran relevancia, como la reconquista de Granada (termina en 1492) o el descubrimiento de América, lo que derivó en que comenzara a hablarse del Imperio Español.
Si no tenemos en cuenta todo este contexto histórico, es más difícil entender cómo los Reyes Católicos establecieron a través del matrimonio de sus hijos una política exterior conjunta para aislar a Francia, considerado el gran enemigo por su potencia, por lo que se llevaron a cabo pactos con el resto de países europeos que tenían un interés compartido: debilitar a Francia. Todo ello estaba basado en que si establecían vínculos de parentesco con el resto de monarquías se traduciría en aliados para sus causas.
De esta forma, sus hijos Isabel, Juan, Juana, María y Catalina, se convirtieron en piezas claves de las estrategias políticas del Estado.
Las bodas de los hijos de los Reyes Católicos
A continuación, os contamos con más detalle quiénes eran los hijos de los Reyes Católicos, con quién se casaron, si tuvieron descendientes y cuáles de ellos llegaron a ocupar un trono.
Isabel
La primera hija de los Reyes Católicos fue llamada Isabel. Se casó con Alfonso, quien era heredero del trono de Portugal en el año 1490, pero el matrimonio duró poco, Alfonso no tardó mucho en fallecer. Tras este suceso tuvo que volver a Castilla, pero también por poco tiempo, puesto que siete año más tarde se casó con el rey Manuel de Portugal, apodado el afortunado. Él tenía en mente la idea de reunificar la península ibérica bajo un solo mandato, pues siendo Isabel la primogénita esperaba que fuera la sucesora de los Reyes Católicos.
De esta unión matrimonial nació Miguel de la Paz, único hijo de ambos, puesto que Isabel murió dando a luz y Miguel moriría antes de cumplir los dos años.
Juan
Juan era el segundo de los hijos de los Reyes Católicos, príncipe de Asturias y sucesor al trono. En el año 1497 Juan de Aragón y Castilla y se casó con Margarita de Austria pero el matrimonio duró poquísimo. El príncipe se había enfermado de viruela y no pudo sobrevivir a unas fiebres. En seis meses Margarita quedó viuda estando embarazada y, se dice que la tristeza tan grande por la pérdida de su esposo hizo que se adelantara el parto, pero la niña tampoco pudo sobrevivir.
A pesar de que no podemos adentrarnos mucho en esto, Margarita de Austria ocupó un papel muy relevante en la historia como política y soberana. Entre otras cosas, tuteló al futuro emperador Carlos I y V de Alemania, hijo de su hermano Felipe el hermoso.
Juana
Como curiosidad, antes no mencionada, Juan y Juana se casaron a la vez con los hermanos Felipe y Margarita, tras un acuerdo político solicitado por Maximiliano Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
El matrimonio supuso que Felipe, conocido como el hermoso, fuera nombrado duque de Borgoña, de Luxemburgo, de Brabante, de Güeldres y Limburgo y conde de Tirol, Artois y Flandes. Aún así, las ansias de poder del mismo no se quedaron ahí. Isabel fue nombrada sucesora y propietaria de Castilla tras la muerte de sus hermanos mayores, salvo que manifestara algún tipo de desequilibrio mental que, en ese caso, Fernando sería quien dirigiría el reino. Este hecho supuso un enfrentamiento entre Fernando y Felipe, contando éste con mayor apoyo de la nobleza y no hubo manera de llegar a un acuerdo con él, por lo que abandonó Castilla.
Juana I de Castilla, fue conocida como Juana la loca. Hay muchos libros interesantes sobre esta reina, donde unos dicen que tenía algún tipo de desequilibrio y otros que la hicieron pasar por loca para poder reinar Felipe. De esta unión nacería un futuro rey, Carlos I y V del Sacro Imperio Romano Germánico, también Leonor e Isabel, Fernando I de Habsburgo, María de Hungría, Catalina de Austria.
María
Tras el fallecimiento de Isabel, su viudo Manuel el afortunado (Portugal) se casó con María de Aragón -quien ya no era sucesora del trono de Castilla y Aragón- y de esta unión nacieron 10 hijos, muchos de ellos llegaron a la edad adulta. Entre ellos hay que destacar Juan III el Piadoso, rey de Portugal, e Isabel, que fuera la esposa del emperador Carlos I de España y V de Alemania.
Una vez que María fallece, Manuel vuelve a casarse y ésta vez lo hace con la sobrina de su mujer, con Leonor (hija de Juana y Felipe).
Catalina
La última hija de los Reyes Católicos fue casada en primeras nupcias con el príncipe Arturo, pero poco después falleció. Fue prometida con su cuñado Enrique VIII y tuvieron seis hijos, pero ninguno varón, por lo que el rey anuló su matrimonio y se casó con su amante Ana Bolena. La hija mayor de María y Enrique fue la heredera del trono.
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