Para nadie es un secreto que una de las series más populares actualmente creadas por la mayor plataforma de streaming de vídeo, Netflix, es Gambito de dama, que narra la historia de Beth Harmon, quien podríamos definir como una genio del ajedrez. Pero, ¿es esa la verdadera historia que inspiró Gambito de Dama?
Como ocurre en muchos casos, al estar ambientada en una realidad pasada (años cincuenta-sesenta del siglo pasado, en adelante) surgen muchas dudas sobre la veracidad de su historia, es decir, si lo que narra es mera ficción o si se trata de un descubrimiento de una mente maestra silenciada por la historia.
La realidad es que este título, producido por Scott Frank en colaboración con Allan Scott está inspirado en una novela del año 1983 escrita por Walter Tevis, por lo que tendremos que remontarnos a la historia de Tevis para conocer el origen y veracidad de Beth.
El caso real de Gambito de Dama

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Lo primero que debes saber es que la historia de esta serie de Netflix es completamente una obra de ficción. Al menos en cuanto a la protagonista Beth Harmon. Sin embargo, es importante matizar esto, puesto que sí hay elementos que son ciertos y que son producto del contexto histórico en el que está desarrollada la serie, asimismo, algunas partes son extraídas de la historia y experiencia personal de su escritor, Walter Tevis.
¿En quién está inspirado Beth Harmon?
La protagonista es creada por parte de Tevis como un homenaje a las mujeres del período postguerras mundiales. Ten en cuenta que quienes nacieron en aquellos años se encontraron un mundo en el que se seguía manteniendo una rígida estructura de la sociedad en la que determinadas tareas y actitudes estaban indisolublemente asociadas a cada género, en definitiva, los roles de género estaban bastante claros.

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También es importante que tengas en cuenta que la protagonista de Gambito de dama es, en última instancia, un tributo a esa revolución del 68 o movimientos sociales de finales de la década de los sesenta en el que muchas voces se alzaron, entre ellas, la voz de las mujeres, que empezaron a reivindicar condiciones igualitarias, reducción de desigualdades y repensarse como miembros activos de las esferas públicas de la sociedad.
Esto es fundamental porque nos permite entender por qué figuras como las de Beth Harmon, a pesar de sus excepcionales habilidades para, en este caso, el ajedrez, eran percibidas como inferiores o subestimadas por parte de figuras masculinas.
Como hemos dicho, también hay elementos propios que se entremezclan de forma sutil con el contexto histórico, por ejemplo, el autor de la novela que inspira a esta serie contaba en sus entrevistas que también jugó ajedrez de niño (como Beth) y que sufrió de una enfermedad que le hizo estar en un hospital y verse sometido a tratamientos con estupefacientes análogos a los que se suministraban a Beth.
También hay elementos que son extraídos de la realidad, aunque no de los hospitales. Se cree que el autor se inspiró en unos determinados estupefacientes que se solían suministrar en los orfanatos a niños en los Estados Unidos desde los años sesenta. Si bien en la serie se refieren a estas pastillas tranquilizadoras o calmantes como Xanzolam (que no es real) parece existir una píldora análoga denominada Librium.
Por lo tanto, Gambito de dama también tiene un componente reivindicativo para todas aquellas personas adultas hoy en día -niños durante los sesenta- que sufrían de estos tratamientos médicos poco efectivos y centrados más bien en la búsqueda del orden y de la cohibición en vez de la búsqueda de la creatividad y diversión de los pequeños.
Por otro lado, ya volviendo a la serie de Netflix como tal, su creador Scott Frank confesó que hay una influencia concreta procedente de un documental hecho sobre el ajedrecista Bobby Fischer (dirigido por Edward Zwick) que le permitió entender las claves en las que se centrarse al momento de un duelo (no tanto en el tablero, sino en los rostros de los participantes).
Justamente este jugador, Bobby Fischer, quien fue el líder indiscutible en la década de los sesenta fue una fuente de inspiración para el personaje de Beth Harmon. De hecho, se desarrolla de forma paralela -temporalmente hablando- y su jugada preferida era el conocido como gambito de rey, teniendo un estilo de juego particularmente agresivo y ofensivo.
Mujeres famosas jugadoras de ajedrez

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Aunque Gambito de dama no esté inspirada en la figura de una ajedrecista, cabe destacar que varias mujeres han logrado grandes resultados en este deporte. Por ello, haremos un breve recorrido histórico de algunas de las históricas.
Nona Gaprindashvili
La georgiana es considerada una de las figuras más importantes del ajedrez femenino al ser la primera mujer en alcanzar el título o rango de Gran Maestro. Sin embargo, ese título es solo consecuencia de su gran labor tanto a nivel de resultados como de popularización de la disciplina entre mujeres.
Maia Chiburdanidze
Georgia parece ser la tierra de las mujeres pioneras, puesto que Maia, así como Nona, también fue una de las primeras en recibir el título de Gran Maestro. Te recordamos que el título es, en ambos casos, en masculino porque el deporte -al menos en altos niveles- era categoría exclusiva de hombres, únicos que lideraban el panorama del ajedrez (hasta la llegada de estas mujeres).
Vera Menchik

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Adelantada a su tiempo, nunca ganó ningún reconocimiento como sí ocurrió con Nona y con Maia debido a su muerte durante la Segunda Guerra Mundial, pero podemos considerarla la líder absoluta de la disciplina hasta aquel entonces. Menchik abrió el camino a la generación de Nona y Maia quienes se beneficiaron de vivir en un mundo que empezaba a abrirle las puertas a las mujeres en los grandes titulares.
Hermanas Polgar
Susan y Judit son dos hermanas húngaras que también merecen ser reconocidas por su gran habilidad en el tablero. Por un lado, Susan fue la tercera en recibir el título de Gran Maestro, por el otro, Judit es conocida por derrotar a rivales sin tener la necesidad de mirar al tablero.
Finalmente, sigue habiendo jugadoras de élite en la actualidad, como la china Hou Yifan y la peruana Deysi Cori. Como vemos, el ajedrez no es cosa de hombres, sino que no conoces de sexos y, de hecho, hay mujeres que han sido y son excelentes ajedrecistas.
Galería de imágenes La verdadera historia que inspiró Gambito de Dama

