HENRI DE TOULOUSE-LAUTREC (1864-1901)
El famoso cartelista y pintor que se caracterizaba por sus deformidades que lo llevaron a un alto complejo por sí mismo supo encontrar asilo y apaño en los cabarets de París, plasmando las situaciones cotidianas de la vida nocturna.
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Su vida se basó en el arte, los excesos y el alcohol, otorgándole diversos problemas que deshonoraba a su prestigiosa familia. Sus constantes borracheras lo llevaban permanentemente a la locura, deteriorando su salud drásticamente.
En 1897 comenzó a padecer fuertes manías, neurosis y graves depresiones, desgastándolo por completo físicamente. Un ejemplo de ello fue un delirium tremends que lo llevó a disparar las paredes de su cuarto creyendo que éstas estaban repletas de arañas. Tras este hecho y varias ocasiones en que se lo ha recogido en la calle completamente borracho, sus allegados deciden trasladarlo a un manicomio. Pero Toulouse-Lautrec para demostrar su cordura, comienza a pintar una serie de cuadros que marcarían una época en su carrera.
A pesar de ello, su adicción al alcohol fue tan grande, que en los últimos años de vida del pintor, cuando se encontraba bajo el cuidado de su madre debido a las parálisis que sufría, llegó a comprarse un bastón con la punta en forma de copa, para poder tomar alcohol sin que su madre se diera cuenta.
AUGUST NATTERER (1868-1933)
August Natterer fue una persona que llevó su vida normalmente hasta la edad de 39 años, momento en que sufrió un profundo delirio en el cual se le presentaba una terrible visión apocalíptica.
Esta impresionante visión generó en Natterer una profunda depresión que lo llevó a la locura total e incluso intentar quitarse la vida. Luego de estos hechos, fue llevado al manicomio. Allí se dedicó a plasmar su terrible visión en la pintura, generando bocetos y situaciones de gran rareza, con macabros rostros y composiciones sin sentido que fascinaron a artistas como Dalí.
A pesar de todo, las pinturas de Netterer se han valorado tanto artística como científicamente, ya que el individuo presentó un cuadro grave juzgado por la psicología, el cual fue sedado mediante el arte. El pintor murió en un asilo, conservando su locura relacionada con el Juicio Final.
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VINCENT VAN GOGH (1853-1890)
Van Gogh fue, por excelencia el icono de la locura del arte. Nació y murió pobre, generando una imagen de antihéroe tras haber vendido un único cuadro (que dicho sea de paso, fue comprado por su inseparable hermano Theo), este maestro del post impresionismo vivió una vida de locura, fobias y delirios que condujeron a su suicidio en 1890.
El loco de pelo rojo hasta llegó a cortarse un lóbulo de su oreja izquierda, tras haber tenido una discusión con su mejor amigo Paul Gaugin, presentándole el macabro regalo a una prostituta de su burdel favorito.
Tras este incidente, Van Gogh comienza a visitar más frecuentemente el hospital, debido a desnutrición, pérdida de sangre, alucinaciones y depresión, hasta que decide internarse voluntariamente en el hospital mental de Saint-Paul-de-Mausole.
A pesar de estos terribles desequilibrios en su vida, Van Gogh pinta cada vez con más frecuencia, realizando obras que hoy en día se consideran las mejores de toda su carrera, tal como la noche estrellada, que pintó desde un manicomio. En los últimos meses de su vida llegó a pintar 500 cuadros e incluso en los últimos 69 días firmó aproximadamente 75 cuadros.
Murió a la edad de 37 años, en brazos de su querido hermano Theo, por motivo de un disparo en el pecho provocado por el mismo Vincent.