Muchos son los escritos que hablan de la vida de los Apóstoles, los Profetas, e incluso de la Virgen María, donde cuentan la vida, alrededor de las enseñanzas de Jesús de nazaret y cómo influyó en el día a día, de cada uno de ellos.
Pero no debemos olvidar, que hubo alguien en su vida que se encargó de criarlo, protegerlo y amarlo como a su propio hijo. Se trataba de José de Nazaret, el padre en la tierra, de Jesucristo.
De dónde viene José, descendiente de David
Actualmente, la Josefología, estudia la rama teológica, relacionada con José, su vida y el legado que dejó en la fe cristiana.
Tras un largo linaje, la familia directa del rey David, descansaba en los hombros de José. Un hombre sencillo, justo y noble que se dedicaba a la carpintería. Se dice que nació en Belén y era el hijo de Jacob, el tercero de seis hermanos. Su crianza lo convirtió en un chico devoto y muy dócil.
A pesar de que no se hablaba tanto de él en los libros, gracias a su humildad, obediencia y compromiso de la que fue su esposa en la vida, fue estudiado como una de las figuras más llamativas en el mundo de la Teología, destacando más que nada, por su amor como padre.
La unión de José de Nazaret con la Virgen María
A la edad de treinta años, fue llevado al templo junto a otros solteros, en donde tenían que encontrar esposa, ya que a esa edad, estaban más que estables y maduros.
Cuando apareció María, los sacerdotes les entregó a cada uno de los solteros, una rama. El brote que saliese de alguna de ellas, correspondería al futuro marido de María. De este modo, José descubrió que estaba destinado a ser el marido de María, al ver que su rama, fue la única que floreció.
María, que tan sólo tenía 14 años, cuando fue entregada como esposo a José, según las tradiciones de esa época, no podían convivir juntos aún, por lo que ella seguía viviendo en su hogar materno y recibía las visitas de José.
Cuando María quedó encinta del Hijo de Dios, José entró en pánico. La angustia le devoraba al ver que ella estaba embarazada, sin haber compartido el lecho matrimonial. Por un momento pensó que le fue infiel y la única manera de arreglarlo era acusándola de adulterio y acabaría lapidada ella, junto al fruto de su vientre.
Pero José, era un buen hombre, que amaba a María y que era justo. Por eso, en vez de acusarla, decidió huir, para que no le hiciesen daño a ella, pero el ángel del Señor se le apareció notificándole que el hijo que María llevaba en sus entrañas, no era otro que el Hijo de Dios. Al descubrir esto, José aceleró la venida de María a su hogar, para cuidar de ella, durante el embarazo.
José, padre de Jesús de Nazaret
Cuando huyó con su mujer, María, hacia Belén y nació el pequeño Jesús, José se convirtió en un padre preocupado y devoto, que cuidaba siempre de su familia. Le enseñó el oficio de carpintero, se preocupaba por Él y le trataba de educar como un buen padre haría.
Antes de que su hijo Jesús, se diese a conocer y comenzara su vida pública, José murió, dejando el legado de haber criado a Jesús con tanto amor, como si de su propio hijo se tratase.
En honor a él y a todos los padres devotos, se celebra el Día del Padre.
