Una de las características de la Ilustración es dotar de significado a toda una serie de nociones que llegan hasta hoy en día, teniendo siempre como fin último la felicidad de los súbditos (lo que explica la presencia de esta frase en la constitución francesa de 1789). Veamos cuáles son estas nociones características de esta línea de pensamiento de la Ilustración.
Primera característica: La Razón
Se trata de la idea principal, pues se la considera un instrumento indispensable y un criterio seguro para mejorar la sociedad, siendo la que debe orientar al legislador y la que es capaz de validar los diferentes comportamientos humanos, que pasarán a ser juzgados como buenos o malos en la medida que sean razonables.
La razón es el arma fundamental de la Ilustración para ejercer su labor crítica, o en otras palabras, es el argumento supremo del debate ideológico.
Es por ello por lo que las ideas que dominarán el mundo -incluso hasta la actualidad- empezarán a tener una gran relación con el racionalismo, filosofía que pone a la razón por encima de la fe, la revelación o cualquier autoridad basada en la tradición.
Esta filosofía está al margen de la metafísica, negaba el origen divino de los reyes y era una religión sin misterios y una moral sin dogmas, al mismo tiempo la comprensión filosófica se puso al servicio de la comprensión científica, generándose una confianza ciega en la ciencia, la cual permite el progreso indefinido del hombre y la aplicación práctica de la razón en el dominio de la naturaleza.
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Buscará abolir cualquier otra fuente de conocimiento que fuese contrapuesta a la razón, con el fin último de poder escapar de las tinieblas del fanatismo y la ignorancia para que la humanidad pudiese empezar a enrumbarse hacia una «era de la felicidad».
La Ilustración, en definitiva, reavivó la llama del humanismo renacentista y comenzó un proceso de secularización que no parará hasta hoy en día (rompió una línea de la moral europea característica a lo largo de toda la Edad Moderna). El progreso ilustrado era diferente al “progreso” religioso previo, ya que contaba con optimismo histórico y redefinía valores como la moral, la intelectualidad, la materialidad, la sociedad y la política.
Natural (naturaleza)
Tiene un vínculo importante con la idea de la razón, siendo lo razonable por antonomasia lo natural. Esta idea permitió determinar que lo natural (ciencia) se establecía por encima de lo sobrenatural (religión). La combinación de ambas (razón + naturaleza) daba como resultado la libertad, que es una cualidad intrínseca del hombre.
Tal proclamación de la libertad también identificaba al principal enemigo de la Ilustración: el feudalismo. Para los ilustrados, era sinónimo de dogmatismo, mercantilismo y despotismo.
Tolerancia
La tolerancia religiosa y civil fue abriéndose camino en la obra de autores como Locke o Spinoza. Se critican las creencias religiosas, la superstición y el fanatismo: en este momento toma fuerza el término multiplicidad.
Progreso
Es este el momento en el que ramas como la Historia son vistas como un camino hacia la mejora del hombre (en todas sus dimensiones) y ¿en qué se sustenta el progreso? En tres dimensiones: la material (apoyada en la ciencia) que permite el creciente dominio sobre la naturaleza, la intelectual (el saber se acumula y se transmite) y la sociopolítica (igualdad entre hombres y pueblos).
Estos valores tendrán un impacto cultural sobre cómo el hombre empezará a preocuparse más por el bienestar terrenal frente a la gloria eterna, asimismo, los filósofos reclamarán el bienestar material como objetivo último del legislador, es decir, es la justificación de su existencia. Junto a esta idea veremos otras dos: paz y felicidad como aspiración suprema de la sociedad.
Estas son las características principales de la Ilustración que supuso un cambio profundo en las creencias y en la mentalidad de toda la sociedad.
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