Las referencias que tenemos sobre el «Lejano Oeste», son las que nos han llegado a través de las novelas y las películas. En todos estos relatos, cada miembro de la familia tenía un papel claro y definido. El hombre se ocupaba del ganado, granja, etc. mientras que la mujer se ocupaba del hogar, los hijos, la comida, el huerto y ayudaba a su marido en las labores de la granja. Pero en la verdadera historia de la coquista del Oeste, existieron mujeres que no se conformaron con ser amantes esposas, mujeres que no querían depender ni de un padre ni de un marido y que aunque olvidadas, también formaron parte de la difícil colonización del Oeste. Este artículo va dedicado a esas mujeres que optaron por otro tipo de vida, en un periodo en el que la ley imperante era la del más fuerte, vamos a conocer a Las Mujeres en la Conquista del Oeste: Forajidas de Leyenda.
Las Mujeres en la Conquista del Oeste: Forajidas de Leyenda | Situación
La Conquista del Oeste, no es una oleada que se produjo en un momento determinado, sino que engloba realmente un periodo histórico que abarcó todo el siglo XIX. Una iniciativa que partió del Presidente Thomas Jefferson, para ampliar las fronteras expandiéndose hacia el Pacífico, tras la Compra de Luisiana en 1803.
La forma de vida sin duda era muy dura, un territorio prácticamente inexplorado, donde se le otorgaba unos acres de terreno a todo aquel que se aventurara a llegar a las lejanas tierras del Oeste. La ventaja que tuvo la colonización es que contó con los mayores avances de la época. El Ferrocarril fue de las primeras infraestructuras que se desarrollaron, facilitando la llegada de población y creando asentamientos a lo largo de todo el trazado ferroviario.
La leyes que regían en un principio estos pequeños asentamientos, eran unas leyes básicas, de urbanidad y buena convivencia , mantenían una comunidad tranquila y sin demasiados sobresaltos. El problema llegó cuando esos pequeños asentamientos fueron creciendo tanto en extensión como en importancia.
Las poblaciones que contaban con apeaderos de ferrocarril eran mucho más grandes y más importantes, al igual que las que disponían de estación de correos o Pony Express (compañía que de correo rápido que unía el Atlántico con el Pacífico, atravesando todo EE.UU. a caballo o diligencia).
Con el crecimiento de estos asentamientos, comenzaron a establecerse los bancos y con ellos, los ingredientes ideales para que proliferaran los forajidos y ladrones. Bancos, Ferrocarril y Pony Express, el dinero tenía que llegar a los banco a través de cualquiera de las dos formas de transporte existente, ferrocarril o Pony Express (correo), convirtiéndose, cualquiera de los tres lugares, en los lugares ideales para los atracos.
Las Mujeres en la Conquista del Oeste: Forajidas de Leyenda | La Mujer
La situación de las mujeres durante el siglo XIX, era prácticamente irrelevante, no se las admitía en las instituciones superiores de educación, con lo que se las relegaba, en el mejor de los casos, a saber leer y escribir. La mujer americana del siglo XIX, cobraba menos que un hombre, no tenía derecho a voto y no poseía nada en propiedad, ya que la dote pasaba directamente del padre al esposo, haciéndose rápidamente dueño de ella.
La mujer americana del siglo XIX, no tenía tampoco opinión, entre otras cosas porque a nadie le importaba y además estaba mal visto. Todas estas diferencias respecto a los hombres, tenía un porqué científico, el cerebro de la mujer era más pequeño que el del hombre, por lo que tampoco había que perder mucho tiempo en ellas, ya que no aprenderían con la misma rapidez ni facilidad que un hombre.
Con estos «avances científicos» en contra de las mujeres, el papel de éstas se hizo aún más duro que el de los hombres. La gran mayoría de ellas se resignaron a ese papel, apoyado además por una gran devoción religiosa que reafirmaba aún más el papel secundario que la mujer debía tener, el de ama de casa, amante esposa y buena madre.
Pero siempre hubo excepciones, mujeres valientes capaces de enfrentarse a un mundo de hombres, mujeres que no podían ni querían quedarse calladas, que no querían depender más que de ellas mismas. Estas mujeres que se salieron de la norma y que pasaron a engrosar las listas de los forajidos más buscados del Oeste.
Son las grandes olvidadas, muchas de ellas fueron perdonadas por su condición de mujeres, aunque no parece que hubiera demasiadas mujeres forajidas.
Mujeres que destacaron en el Oeste fueron varias, Calamity Jane, conocida como el «diablo blanco de Yellowstone» o Juanita Calamidad, exploradora, con una puntería envidiable, participó en distintas batallas contra los indios, Annie Oakley, mujer hábil con el revolver y con el lazo, llegó a participar en el show de Búffalo Bill, Sarah Winnemuca, defensora y portavoz de los indios americanos, etc.
Pero sin duda si tenemos que hablar de las mujeres en la conquista del oeste, concretamente en las Forajidas de Leyenda, no podemos olvidarnos de Myra Maybelle Shirley, más conocida como La Belle Starr.
Las Mujeres en la Conquista del Oeste: Forajidas de Leyenda | La Belle Starr
Myra Maybelle Shirley o Belle Starr, nació en Missouri, en el condado de Jasper, el 5 de febrero de 1848, sus padres llevaron una vida tranquila como granjeros, Myra fue la segunda hija de 5 que tuvo el matrimonio formado por John Shirley y Elisabeth Pennington. Cuando la familia se trasladó a Carthage, comenzó a prosperar con la administración de distintos negocios como tabernas, hospederías y establos.
Myra se crió como una niña de clase media alta, recibía clases de piano, se la instruyó en las lenguas clásicas, sabía montar a caballa y a menudo practicaba tiro con su hermano Bud. Con la llegada de la guerra civil, su hermano Bud fue llamado a filas falleciendo en el año 1864.
Rota de dolor, la familia decidió trasladarse a Texas, allí continuaron su vida, Myra estudiando y obteniendo unas muy buenas calificaciones, aunque es en este periodo cuando toda la familia comienza a mantener contacto con pandillas de delincuentes a los que los Shirley daban albergue y cobijo, se sabe que entre estos delincuentes se llegó a encontrar al famoso forajido, Jesse Jame.
En 1866, contrajo matrimonio con Jim Reed, un viejo amigo de la familia, estableciendo su residencia nuevamente en Missouri, donde nació su primera hija Rossi Lee, a quien apodaron como Pearl. Jim se movía por ambientes no muy recomendable, amigos delincuentes como Tom Starr, quién comenzó a introducirle en el mundo del robo, comenzando por el robo de ganado y con la venta ilegal de alcohol.
Pero el asesinato en un robo que las autoridades imputan a Jim, obliga a toda la familia a trasladar su residencia hasta California, donde se establecerían en 1869, será aquí donde nacerá su hijo James Edwin, al que apodaron com «Ed». Nuevos robos sucesivos llevó a la familia a cambiar constantemente de estado.
Se establecieron en territorio indio pensando que su vida ahí sería más fácil, en este momento Jim tenía una recompensa por su captura. Pero el robo a la familia Grayson, cambiaría la historia de Myra, en este atraco la denuncia de la presencia de una mujer, la ponía en el punto de mira. Volvían a huir y esta vez volverían a Texas, donde Jim cometería su último robo, en 1874 mientras intentaba escapar de la policía tras acometer un robo, fue acorralado y abatido.
A partir de aquí podemos decir que nace la leyenda de Belle Starr, en parte exagerada por la prensa, que necesitaba noticias impactantes. Pasaron los años y Belle volvió a reencontrarse con un viejo amigo de la familia, un Starr, pero esta vez era el hijo de Tom Starr llamado Sam. En 1880 contrajeron matrimonio, vivieron en Texas una temporada para trasladarse posteriormente a Arkansas.
Sam al igual que lo hiciera la familia de Belle, dio cobijo a los bandidos que operaban por la zona. Como pasó a lo largo de su vida en 1882 fueron acusados de robo por encontrarse en su propiedad caballos de los que no eran propietarios. La pareja fue apresada y puesta en libertad 9 meses después. En 1886 volvió a verse Belle con la justicia al facilitar al huida al forajido Middleton.
Otro asalto en el que una mujer estaba involucrada, salpicó a Belle, quién se libró de entrar en la cárcel gracias a una fianza pagada. El ambiente en el que Belle se desenvolvía no era el más adecuado, su marido constantemente huyendo de la justicia, su suegro en prisión por contrabando de Whisky. Peor en 1886, Belle vuelve a enviudar, más tarde se uniría sentimentalmente a distintos bandoleros.
Hasta que Bill July, hijo adoptivo de Tom Starr llega a las tierras de su hermanastro Sam, para reclamarlas, ya que tras la muerte de éste quedaba cesante la reclamación por parte de la viuda, al no conocer parientes, sería las autoridades indias las que dieran cuenta de ellas. Bill July también contrajo matrimonio con Belle, permanecieron regentando una hospedería hasta que en 1889, una mañana de febrero, mientras Bill se enfrentaba a un juicio, Belle se dispuso a ir de compras a la vecina ciudad de San Bois, de regreso a casa, Belle fue asesinada.
El o los culpables, nunca se supo pero si es verdad que muchos fueron los sospechosos, entre ellos sus hijos, pero jamás se aclaró que ocurrió y quién fue el culpable. Lo que si ha permanecido en el tiempo es la lápida que le hizo inscribir su hija Pearl.
No derramen por ella la lágrima amarga,
Ni den el corazón al pesar inútil;
Del féretro que yace aquí,
La gema que contiene, resplandece aún.
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